La Navidad ya se asoma. Vuelve esta festiva época del año en que las luces, los vivos rojos colores y los personajes navideños inundan nuestras casas, las calles de nuestras ciudades y todos los escaparates.

Entre estos personajes encontramos algunos animalitos muy curiosos: las ocas y los cerditos. ¿Alguna vez os habéis preguntado cuál es su significado?

En el siglo XIX los cerdos eran animales de granja muy comunes. Las familias con pocos recursos solían disponer de sólo uno, pero cuando llegaba Navidad se reunían como ocasión especial y disfrutaban de esta deliciosa carne. De esta forma el cerdo representaba buenas salud, prosperidad y alegría. Como recuerdo, la figura de este animal trascendió el menú principal y se utilizó como forma para galletas, mazapanes e incluso como adorno o peluche típicamente navideño. En los países nórdicos se encuentran incluso en candelabros y postales de felicitación. En algunas culturas, es tradición comer cerdo asado en Navidad para contribuir a la prosperidad para el Nuevo Año.
Las ocas son otro de los animales famosos por su relación con el ágape navideño. Se alimentan de grano que normalmente comen de los restos de las cosechas. Es por este motivo que están en su punto para cocinar justo antes de las Navidades. Su sabor y sus carnes tiernas las hacen ideales para suculentos y asequibles menús. Su consumo es conocido incluso en la Antigua Grecia, Roma y en la Edad Media, siempre en celebraciones relacionadas con el solsticio de invierno o como muestra de agradecimiento por las cosechas.

Qué curiosas son las tradiciones navideñas, ¿verdad?