Cualquier día, tarde, ocasión, sea festivo, o no, sea una celebración especial, o no, es motivo para abrirlo y dejar que se exprese en su máxima y divina expresión. En forma de dulce beso, de deseado abrazo, de tiernas palabras, de flor recién cortada, de bizcocho recién horneado, de postal recién escrita o de sorpresa recién preparada. Para querer a los demás. Y para quererte a ti.

Sin fecha preestablecida. Sin día marcado en el calendario. Sin organizar y sin pensar.

ÁBRELO.