La Princesa y el guisante” es el título del cuento escrito por el autor danés Hans Christian Andersen publicador por primera vez en Copenhague el 8 de mayo de 1985.

Narra la historia de un príncipe que busca, sin fortuna, su pareja ideal. Una noche aparece en las puertas del castillo una joven mujer empapada y con aspecto sucio, argumentando ser una princesa víctima de un naufragio.

La acogieron y atendieron. La Reina madre decidió averiguar su identidad verdadera poniendo a prueba su sensibilidad colocando un guisante debajo de veinte colchones en su cama. A la mañana siguiente la princesa contó que no había podido dormir por culpa de un molesto guisante. El príncipe se enamoró de inmediato, impresionado por su delicadeza, que demostraba que se trataba de una princesa real.

Varias son las interpretaciones que se han realizado de este cuento. La que más nos gusta es que la joven elegida era fuerte y valiente como para superar una tormenta y un naufragio, pero sensible y delicada como para notar un guisante debajo de veinte colchones.

Por supuesto la moraleja es el punto interesante del cuento: Las apariencias engañan. Muchas veces las cosas no son lo que parecen.